Marcus era el hombre que estadísticamente más deseaban las mujeres: Buen cuerpo, rostro masculino, buena educación, fino y bruto en los momentos precisos. Sólo tenía un defecto que le condenó a la soledad: Le gustaba sacar su enooooorme lengua y mostrar que ocultaba en la boca las cosas más peregrinas. Aquí lo vemos con su favorita: Una figurita de una rana sonriente. Era su favorita porque sabía que él era algo así como un príncipe encantado. Claro que había mujeres que le querían cambiar, pero él no se dejó. Claro que muchas decían que no era un defecto tan grave como para no darle una oportunidad a semejante macho. Pero esas no le gustaban a Marcus.
La vida..
¿No sería una rana de verdad?
ResponderEliminarEstuve dudando... pero me parecía muy difícil, aunque igual sí que era... ¡Este Marcus capaz!
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