Iba caminando cuando me encontré un girasol mirando al suelo, ajeno al Sol del atardecer, súper despistado o deprimido, no sé cuál de los dos. Con gran entusiasmo le levanté la barbilla para mostrarle dónde estaba el motivo de su nombre y de su vida / nuestra vida. Y entonces...
¿Qué pudo ocurrir?
Seguro que los girasoles se pusieron a mirarte a tí solete alegre.
ResponderEliminarjijiji ¡qué boñito eres tú !
EliminarDijeron... nos conformamos con ver tu sombra, Anica...
ResponderEliminarOOOOOOOOOH !! ¡La putta!! Gracias
EliminarSe rompió y te comiste las pipas! Oh, irónico destino!
ResponderEliminarjaja! ¿Se rompió porque lo giré demasiado? brutaaaaaal... a veces queriendo hacer el bien...
EliminarSe volvió y te dio un beso!
ResponderEliminarMmmmmolaaaaaa
EliminarANIKA....., ANIKA..., por fin te veo!!!!
ResponderEliminarPues ya era horaaaaaaaa :D Muchas gracias, Recrista de La Vela
Eliminar… giró hacia la luz dorada que le daba la vida y confundió el sol con su reflejo en la larga y dorada melena de Anica y desde entonces se llama giranica.
ResponderEliminarQué bonito !! :'-)
EliminarTe dijo que era mucho más interesante observar desde lo alto a las hormigas que tener que mirar hacia arriba donde siempre estaba el sol al que tenía muy visto.
ResponderEliminarCuestión de perspectiva.
Oye, pues sí!
EliminarApareció el dueño con el puño en alto maldeciéndote por pisar su campo de girasoles mientras su perra gruñía mostrando los incisivos y tú le dijiste al chucho: ¡¡Bichaca, pero qué majica que eres, bonitica!!!
ResponderEliminarJijiji qué guay... ¡Y sí que era majica la Bichaca!
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